En 1577 se vive un cambio en la sociedad y una gran tensión religiosa. La guerra civil que se lleva a cabo dentro de la orden del Carmelo, es el germen de esta obra. La noche del 2 al 3 de diciembre el provincial de Castilla ordena arrestar a San Juan de la Cruz. Unos hombres armados irrumpen en la casa del santo a medianoche capturando al compañero de San Juan, mientras este escapa refugiándose en el convento de la Encarnación, en donde se encuentra retenida Santa Teresa de Jesús según mandato de los superiores de su orden.
Durante la noche, San Juan de la Cruz y Santa Teresa se verán envueltos en un viaje al pasado, a la nostalgia. Juntos recordaran los caminos y situaciones por los cuales han pasado, creando una pequeña historia y biografía de sus vidas.
Una obra cargada de imágenes y de mensajes, que crean un ambiente místico formando una atmósfera de tensión que acabara “in crescendo” hacia un final que nos permitirá conocer la verdadera personalidad de los personajes. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús fueron personas ilustres del siglo XVI pero además, aquí se desnudan ante el espectador para ofrecernos una imagen auténticamente humana.
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz no solo fueron santos sino que también fueron personas. Personas como nosotros, personas de carne y hueso, hombre y mujer.