En el gran bosque imaginario se inventa el tiempo para soñar a un Federico García Lorca -más vivo que nunca-, desde la interpretación de un comediante que va a ver por los ojos del poeta, gemir por su voz, sentir con su corazón. Un tiempo que se alcanzará con las alas y los poderes sobrenaturales del pájaro Grifón, a través de un vuelo teatral hacia lo imposible, salpicado de diferentes tonos dramáticos, que irá abriendo espacios de la vida, obra y pensamiento lorquianos con sorprendentes diálogos entre personas reales, personajes de ficción y máscaras, para dejar al descubierto el pulso de sus más íntimas inquietudes.
En El tiempo inventado hay teatro, poesía y música. En El tiempo inventado se vive, se sufre, se sueña, se ríe y canta. En El tiempo inventado se abren las sepulturas para que Federico García Lorca se desborde ante el público en su naturaleza más pura, lleno de sensibilidad, de infancia y de libertad, con la intención de que no se le piense sólo dentro de aquel final infame de agosto del 36, para el que nunca existirán respuestas.
Salamanca y Nueva York serán las dos ciudades desde donde Federico García Lorca levantará el vuelo y la voz hacia un sueño dramático, donde se ha de esperar que suceda algo irrepetible.